Buenos Aires Turismo Rural

Saturday, November 11, 2006


Estancia la bamba - A sólo 112 kilómetros de la Capital Federal, en el pueblo de San Antonio de Areco

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aún se ven por las calles gauchos de a caballo yendo a trabajar al campo. El arte de la platería y objetos de la artesanía criolla. Viejos almacenes de ramos generales, casas coloniales... y suculentos asados. La estancia La Bamba y la pulpería La Blanqueada perduran como símbolos emblemáticos del siglo XIX"

Su origen se remonta a 1830 cuando el casco, de estilo colonial, era una antigua posta sobre el Camino Real el cual unía Buenos Aires con el norte del País. Declarado lugar de significación histórica por la Municipalidad de San Antonio de Areco, un pueblo empapado de tradición gauchesca, ofrece a sus visitantes la oportunidad de disfrutar todo el confort acompañado de tareas típicas de campo deliciosa comida y juegos de campo.

Originalmente, la estancia fue una posta donde los viajeros descansaban y cambiaban sus caballos. Actualmente, sus 250 hectáreas en explotación y sus 10 hectáreas parquizadas, invitan al descanso y a la práctica de distintas actividades, tales como paseos a caballo, caminatas, paseos en sulky o nadar en su magnífica piscina olímpica de 17 mts de largo, 8 de ancho y una profundidad de 4 metros. El Casco está exquisitamente decorado con mobiliario antiguo, conformando ambientes donde predominan la calidez y el confort, factores importantes para que fuera elegida para la filmación del histórico Film “Camila” basado en un hecho real.

Una mesa larga con mantel blanco impecable, la campana que convoca a degustar un exquisito asado al aire libre frente al casco colonial de 1830 y charlas en todos los idiomas se entrecruzan con ensaladas gourmet y achuras de primera y marcan la diferencia. Es el momento que todos los huéspedes de la estancia La Bamba, a 8 km de San Antonio de Areco, se reúnen a compartir experiencias. Tal como lo soñó Ricardo Aldao, el pater familia, cuyo legado está en manos de sus cuatro hijos. La escena transcurre en el pago de tradición gaucha por excelencia, donde se reflejan sin artificios los usos criollos bonaerenses.

Fiel a la costumbre del escribano Aldao, que viajaba seguido a Europa, Isabel, una de sus hijas, cuelga en los candelabros del living las cintas con los colores de las banderas de los comensales. Entre vajilla inglesa y platos elaborados, siguen las charlas que dan la vuelta al mundo. El café y la sobremesa transcurren entre juegos de cartas o amplios sillones donde repasar lujosas ediciones con fotos y libros de arte.

El lugar es muy visitado por turistas que buscan conocer lo mejor del campo de la provincia de Buenos Aires y quieren vivir una experiencia directa con la naturaleza. Y de paso, empaparse de la tradición gauchesca de Don Segundo Sombra que San Antonio de Areco bien sabe difundir.

En esta estancia de pura cepa —una de las primeras en abrir sus tranqueras al turismo—, salvo pedido anticipado, no hay show de bailes folclóricos ni destreza gauchesca, aunque se pueden programar aparte. Para los amantes del polo, el lugar es ideal: hay veinte caballos a disposición para taquear en la pista o pasear hasta el río guiados por Cacho.

Las tardecitas en La Bamba, a la hora en que la luz empieza a bajar, se pasan en la pulpería Don Ricardo, un viejo galpón reciclado y decorado donde el hogar está siempre encendido. Hasta allí llegan las bandejas con brownies, scones y los termos de té, mate y café que nunca se acaban. Kilómetros de horizonte hacia las cuatro direcciones en un entorno campestre donde todos los detalles están cuidados. En La Bamba, desde la comida hasta las confortables habitaciones que rodean al patio con aljibe, responden a un estilo elegante y a la vez distendido. Para los chicos, los mejores entretenimientos son el pool y el metegol (no hay patio de juegos) y, en verano, la piscina.

El casco se llamaba Dabahamba ("lugar de reposo", en celta), una posta donde se hospedaban los viajeros en carreta que se dirigían al norte del país por el Camino Real. Reposaban en el parque que rodea al casco y sus 12 habitaciones, entre acacias, cipreses y casuarinas. Hasta que en 1944 Ricardo y Magdalena Aldao la compraron como casa de veraneo. A 20 años de haber abierto la tranquera al turismo —la misma época en que fue escenario de la película "Camila", protagonizada por Imanol Arias y Susú Pecoraro— la postal sigue siendo la misma: un entorno privilegiado de 150 ha para descansar cuerpo y alma rodeado de verde. Y bien atendido.


CUANTO CUESTA. Almuerzo, merienda y cabalgata, $ 120; 1d./ 1 n. c/pensión completa, $ 200 a $ 230; de 3 a 12 años, 50%.

Si queres pasar el dia en la estancia "la Bamba"



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